El preso político Juan Enrique Pérez Sánchez estuvo por casi 15 días sin recibir el medicamento para la tuberculosis que adquirió en prisión, lo cual podría agravar su estado de salud y facilitar el contagio a los demás reclusos.
“Está codificando cero, en este tiempo, pero eso no indica que Juan esté negativo, significa que no está activa, pero puede recaer porque el tratamiento para este germen debe ser un tratamiento prolongado, de meses, y cuando la enfermedad hace resistencia, se prolonga más”, indicó en conversación con Martí Noticias Layda Yirkis Jacinto, compañera de vida de Pérez Sánchez.
La falta de tratamiento continuo puede llevar al empeoramiento de la tuberculosis, especialmente si tiene un sistema inmunológico debilitado.
“Aunque codifique cero sabemos que no termina ahí la tb [tuberculosis]. Juan se encuentra aún en el régimen penitenciario de máxima seguridad del Combinado del Este, fuera del hospital donde estuvo aislado durante los dos meses que le administraron tratamiento, una vez que allí mismo se constató que estaba positivo a la tuberculosis”, apuntó Jacinto.
A partir de las denuncias de Laida Jacinto, los mandos del penal comenzaron a administrarle nuevos antibióticos al preso político, pero su salud está en riesgo debido a la complejidad de la enfermedad y las condiciones de la prisión donde está encarcelado.
“Entonces que le den licencia extrapenal. Estamos esperando una respuesta de las autoridades del régimen. Esto es algo aberrante que se tenga a hombres así, condenados a una muerte prácticamente segura”, resaltó la mujer, cuyo hijo Aníbal Palau Jacinto, está recluido también por participar en el levantamiento popular del 11J.
"También fui a presentar una queja sobre el caso a Atención a la Ciudadanía provincial del Ministerio del Interior, aquí en Mayabeque”.
Al menos otros dos reos enfermos con la misma dolencia, pasaron el mismo tiempo sin recibir las dosis de antibióticos que necesitaban.
Pérez Sánchez fue condenado a ocho años de prisión por su participación en las protestas de julio de 2021 en el poblado de Vegas, municipio Nueva Paz.
En julio de este año se le diagnosticó tuberculosis en el penal de Quivicán donde estaba recluido. Fue ingresado en el puesto hospitalario de la prisión Combinado del Este donde le aplicaron un primer ciclo de medicamentos contra la terrible enfermedad que prolifera en los establecimientos penitenciarios de la isla.
Hace alrededor de 15 días, lo trasladaron para un destacamento del penal y, solo después de 12 días las autoridades médicas comenzaron a suministrarle el nuevo ciclo de antibióticos.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó, la semana pasada, una medida cautelar a favor del preso político cubano.
Tras las manifestaciones del 11 de julio, se divulgó y se hizo viral en las redes sociales, una foto del manifestante que portaba un cartel con la frase: "era tanta el hambre que nos comimos el miedo".
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